Tom Jobim: una leyenda de la Bossa Nova

Tom Jobim
Antonio Carlos Jobim estableció sus raíces musicales en base a la inspiración e influencia que ejerció en él Alfredo da Rocha Viana Filho, mejor conocido como Pixinguinha, un compositor y arreglista brasileño que se desempeñó en un género musical llamado choro (música popular brasileña de carácter instrumental). Así mismo, Jobim también fue influenciado por otros compositores como Claude Debussy y Maurice Ravel, ambos franceses y precursores de la música impresionista francesa, un movimiento musical (y pictórico) que se desarrolló principalmente en Francia entre los siglos XIX y XX.

Entre muchos temas sus letras hablan principalmente del amor, del auto-descubrimiento, de la traición, la alegría, y en especial, sobre las aves y las maravillas naturales de Brasil.

Tom Jobim y Vinicius de Moraes
Jobim llegó a ser prominente en Brasil cuando se asoció con el poeta y diplomático Vinicius de Moraes con el propósito de escribir la música para la obra Orfeu da Conceiçao (1956). Cuando la obra se convirtió en una película, el productor Sacha Gordine no quiso hacer uso de la música y pidió a Moraes y Jobim una nueva partitura para la obra, y fue cuando nació Orfeo Negro (1959).

Como diplomático que era, Vinicius de Moraes tubo que viajar a Montevideo, Uruguay, como Ministro de Relaciones Exteriores, limitando el tiempo para componer música con Jobim. Llegaron, bajo estas condiciones, a componer sólo tres canciones por medio de llamadas telefónicas ("A Felicidad", "Frevo" y "O Nosso Amor". Sin embargo, esta colaboración resultó un éxito, incitando a Vinicius que escribiera la letra de las canciones más populares de Jobim.

El trabajo que realizó junto con el saxofonista norteamericano de jazz Stan Getz y el guitarrista brasileño João Gilberto y su esposa marcó un evento clave en la carrera de Jobim dándolo a conocer en el mundo de la música de habla inglesa. Producto de esa labor fue el disco Getz / Gilberto (1963) y Getz / Gilberto Vol. 2 (1964). La publicación de este material desató una locura en Estados Unidos y posteriormente a nivel internacional. El álbum se convirtió en uno de los más vendidos de todos los tiempos a esa fecha. La esposa de Gilberto, Astrud Gilberto —que nunca había cantado profesionalmente hasta estas sesiones de grabación— se convirtió de la noche a la mañana en una sensación con las canciones La Chica de Ipanema y Corcovado. Pero el éxito no se quedó allí, ya que les fue otorgado el Grammy por el mejor álbum del año 1964, por el mejor álbum de jazz instrumental y por el mejor álbum a la ingeniería de grabación, no clásica.


Estas son algunas de las canciones incluidas en el álbum:

Doralice / Stan Getz


Corcovado / Stan Getz


Só Danço Samba / Stan Getz


O Grande Amor / Stan Getz-João Gilberto Quintet